Estas fechas de Halloween y Todos los Santos nos proporcionan el mejor momento para hablar de aquello que tanto tememos: la muerte.
En muchas culturas del mundo, la muerte no marca el final, sino un momento de conexión con los seres queridos que ya no están. En estas fechas se dedican festividades y rituales a honrar a los difuntos en muchas culturas bajo distintos nombres. En los países anglosajones encontramos el famoso Halloween con sus disfraces, que se ha extendido a otras muchas regiones y tiene origen en el Samhain, antiguo ritual celta del fin de las cosechas. En México encontramos el colorido Día de Muertos, en el se construyen altares para honrar a los difuntos. en Asia hay festividades como el Obon en Japón y el Festival de los Fantasmas Hambrientos en China. Estas celebraciones, que varían en forma y fecha, comparten un propósito común: recordar y honrar a los ancestros, ofreciendo un momento de reflexión sobre la relación entre la vida y la muerte, el pasado y el presente.
Esta abundancia de festividades para recordar a los fallecidos hace patente la necesidad que tenemos de contactar con los que se han ido y la presencia de la muerte. Aunque hoy en día no hacemos tantos rituales como antaño, en parte, porque estamos demasiado ocupados por ello, y también porque nos hemos desconectado de los ciclos de la naturaleza. Podríamos decir que la muerte solo tiene cabida abiertamente en estas festividades del otoño y en los funerales cuando alguien fallece. El resto del tiempo, la muerte se presenta como una tragedia terrible en los telediarios, que ponen noticia tras noticia de sucesos negros. Hasta tal punto que nos volvemos insensibles a tantos asesinatos y masacres y preferimos mirar para otro lado para que no nos afecte.
No obstante, el culto al más allá se remonta hasta los primeros registros históricos de ritos de enterramiento, que datan de hace aproximadamente 100,000 años. Los arqueólogos han encontrado evidencia de entierros rituales entre los neandertales en sitios como Shanidar (Irak) y Krapina (Croacia), donde se descubrieron cuerpos colocados en posiciones específicas, a veces acompañados de herramientas o flores, lo que sugiere un sentido de respeto hacia los muertos y una posible creencia en una vida después de la muerte.
Además, en las primeras culturas Homo sapiens en el Paleolítico Medio, se han encontrado restos que datan de unos 70,000 años, como en el yacimiento de Qafzeh (Israel), con evidencia de entierros intencionales acompañados de ofrendas funerarias, lo que refuerza la idea de que los rituales de enterramiento y el respeto por los muertos son prácticas profundamente antiguas y extendidas en la humanidad.
No hay que olvidar una cosa muy importante y que define nuestra existencia. Detrás de tu miedo a las alturas, a la profundidad del océano, a la oscuridad, a los insectos y reptiles, a ser despedido, a no encontrar aquello que te motiva en la vida… detrás de todos esos miedos hay uno principal y nuclear en el que divergen todos ellos. El miedo a la muerte. ¿Pero debería ser tal?
En este post intentaremos responder a esta pregunta. Para ello, primero debemos entender cómo funciona la vida. En los últimos siglos, la ciencia ha logrado dar explicaciones demostrables y concisas sobre la evolución de la vida a lo largo de millones de años. Gracias ello, sabemos que los organismos vivos son aquellos que nacen, se alimentan, se relacionan con el medio, se reproducen y mueren. No obstante, esta simple definición está lejos de describir algo tan complejo como la vida. De hecho, seguimos encontrándonos con fronteras entre el reino de los vivos y de los muertos. Recientes investigaciones han logrado mantener con vida durante semanas células extraídas de animales fallecidos, cuando se pensaba que al morir toda nuestra actividad cesa.
Por otro lado, en la frontera entre lo que conocemos y lo que desconocemos, encontramos unos fenómenos que llevan siendo estudiados por médicos y psiquiatras desde hace la década de 1970. Son conocidos como ECM, experiencias cercanas a la muerte, y ocurren en pacientes en estado de muerte clínica. En ellas, las personas experimentan de forma variable sensaciones de salida del cuerpo, hacen una revisión de sus vidas, atraviesan un túnel, viajan largas distancias e incluso se encuentras con otros seres o fallecidos. A día de hoy, mis compañeros científicos no se mojan mucho en cuál es la causa de estas experiencias y apelan a una mayor investigación, aunque no parecen tratarse de imaginaciones. No obstante, la rama espiritual y religiosa aspira a dar explicación a estas observaciones alegando que nuestra alma o conciencia superior sobrevive a nuestra vida y que, de hecho, tenemos múltiples existencias.
Uno de los primeros científicos que constan en la historia que trató de estudiar la muerte y el mundo de los espíritus es Allan Kardec. En su obra El libro de los espíritus colaboró con médiums de distintas regiones para que escribieran mensajes que le dictaban espíritus en respuesta a las preguntas que el científico formulaba. Esta recopilación de preguntas y respuestas apunta hacia que es evidente que hay vida más allá.
Y hablando sobre este tema de la vida después de la muerte, un lugar en el también imagino qué tipo de realidad nos aguarda después de la vida es mi libro publicado más recientemente, La lanza de Izanami. Trata sobre un hombre japonés que muere en trágicas circunstancias y que, en un primer momento, se muestra incrédulo ante su nueva realidad, el hecho de que es un fantasma. Es una novela de fantasía oscura ambientada en el Japón moderno en el que se mezclan misterios, resolución de asesinatos y en el que los vínculos familiares son muy importantes y trascienden más allá de la vida. Te dejo el booktrailer aquí. Es una historia en la que se explora este concepto de la vida después de la muerte, pero no la única. En un futuro vídeo puedo hablarte sobre otros libros, películas y series que ocurren más allá de este horizonte. Por favor, déjame en comentarios si te interesaría un post así.
Hemos hecho un recorrido por las distintas hipótesis sobre qué en el más allá, si es que hay algo, pero en última instancia depende de lo que tú creas y experimentes. En cualquier caso, te animo a seguir explorando este tema como más te interese y, si es con La lanza de Izanami, seré una escritora contenta. ¡Gracias por leerme y hasta la próxima historia!
Fuentes:
El libro de los espíritus: https://amzn.to/3NMwvA8
Noble et al., Unraveling the Enigma of Organismal Death: Insights, Implications, and Unexplored Frontiers, Physiology 2024 39:5, 313-323.
Fritz et al., Bridging the gap: (a)typical psychedelic and near-death experience insights, Current Opinion in Behavioral Sciences, Volume 55, 2024, 101349
Hashemi et al., Explanation of near-death experiences: a systematic analysis of case reports and qualitative research. Front. Psychol. 14:1048929, 2023.
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